Llevar la vida agitada, noticias, siempre a las carreras, la exigencia que cada vez vamos esperando de nosotros mismos; a esto agregamos el hogar; las obligaciones, el tiempo escaso para las labores en casa y que tal si hay niños; las tareas, la alimentación y el bienestar de la familia. Al final del día estamos agotados.
El efecto en nuestro cerebro se expresará al final de la semana como agotamiento, deseo de dormir, quizás poder silenciar la mete tendidos sobre un sofá. Salir a dar un paseo o hacer ejercicio ayuda a bajar el cansancio que sentimos en nuestra cabeza, pero sucede con frecuencia que no es suficiente, a algunos luego de un tiempo de hacer ejercicio el cuerpo le exige más y más; sacrificando tiempo para otras cosas.
Ya que nuestro cerebro requiere segregar ciertas sustancias para equilibrarse (endorfinas) y proporcionar la sensación de agrado (el cerebro cada instante busca el equilibrio que se expresa en consumo de energía) y a la vez estar atentos del entorno como medio de protección; ciertos comportamientos y decisiones nuestras nos llevan a lograrlo o no.
He encontrado que mi pasión por un pequeño taller de madera me ha permitido la flexibilidad suficiente para ahogarme en la plenitud y placer de poder hacer cosas que me hacen feliz.
|
Tomado de Pinterest |
No soy capaz de definir la felicidad, tampoco debería; pues respeto a quienes lo hacen, pero la definición es de cada uno, la mía por ejemplo parte de transformar, de hacer visible algo que estuvo en mi mente de manera intangible para los demás, pero no sé por cual extraña razón no alcanzo a explicarle a los demás, sino hasta cuando llevo esa imagen e idea a la realidad.
Luego de poder mencionar mi idea o de transformar la materia en objetos, es que siento que lo "hice", es decir, me hace tan feliz que genero sustancia cerebrales placenteras (endorfinas y serotoninas) que finalmente ayudarán a mi bienestar.
Por muchos años he trabajado frente a un escritorio transformando ideas, desafiando decisiones y proyectando procesos en empresas; sentía agobio al final del día y ni que decir los fines de semana cuando se reunían las presiones de la semana, no era infeliz, pero sentía que faltaba algo en mi vida. Lo tenía todo en su medida proporción, por que también el tener demasiado de algo se convierte en carga para llevar, pero todo sentimiento de cansancio desaparecía una vez terminaba una jornada en mi taller de madera.
Más adelante hablaremos sobre la mente, por ahora me limito a identificar la imperiosa necesidad que tenemos más en ésta época, de tener esos "hobbies"que ayudan tanto a la felicidad. Muchos de nuestros talentos no los podemos emplear en el oficio diario ni menos en el ámbito laboral; para quienes trabajan como empleados han notado que sus talentos naturales difícilmente son una fuente de satisfacción en la empresa; quien si lo hace siéntase honrado, créanme que la mayoría no lo logran. Esa sensación frustrante va socavando lentamente nuestra felicidad, nos conduce a buscar en otras fuentes una alegría pasajera ya que cada vez, como el ejercicio; nos pide más y más.
Nuestro cerebro requiere que la mente sienta algo de "logro" para que se generen las sustancias necesarias que ayudarán así mismo a tener salud. Recordamos que cuándo niños hacíamos casi todo con nuestras manos? la manera de aprender y comprender era llevando nuestras manos a un objeto, tomándolo, girándolo y luego transformábamos esa acción en otra y así sucesivamente. De esa manera aprendimos y ejercitamos la apropiación del conocimiento, luego vino la lectura y escritura, la cuál regresa a las manos una función relevante.
Dicen los neurocientíficos, que si queremos aprender algún contenido recién adquirido; una manera eficiente es escribir sobre ello, hacer un discurso acerca de una lección recién tenida hace que se aprenda más allá del mensaje, pues el cerebro se ve en la labor de acudir no solo al almacenamiento, sino que debe con la escritura transformarlo en la mano para que sea legible a la vez y asociarlo con otras palabras que están en el cerebro; de esta manera se crea un nivel más alto de lo inicialmente comprendido. Aprender nos genera satisfacción, en el orden que quieras ponerlo; siempre aprender agrada a la mente, por consiguiente el cerebro genera serotonina.
Encuentro que en el pensamiento hinduista hay una base fuerte en la meditación y por décadas ignoré esa expresión pues tuve la idea de que era algo más místico que humano, aún no tengo claro que tanto sea de lo uno o de lo otro pero sí encontré que puedo hacer meditación cuando pongo mi mente en silencio frente al problema que no he resuelto, a la necesidad que no he satisfecho, en fin; una vez logro que mi mente se centre en el presente con lo que estoy haciendo con mis manos, ese "solo ahora" y que que se extienda unas veces por 30 minutos, dos horas o seis horas; conseguí un estado similar a la meditación.
El cerebro requiere tranquilidad y para ello hay que cambiar momentáneamente de labor, si su actividad es intensa en el trabajo, con los hijos o con su ocupación, tener espacios donde cambie de "en que pensar", hará que cuándo regrese a la ocupación pueda ver con mejor juicio lo que hace. Un ejemplo claro es que realizar un deporte hace cambiar a la mente de contexto y durante el ejercicio nos vemos expuestos a estar concentrados en lo que hacemos, luego de la jornada a veces tenemos esas "visiones" que nos trae una idea de cómo solucionar ese asunto que no pudimos por horas de pensar en ellas.
Es que la mente requiere de tiempo para armar entre los hemisferios las respuestas a lo que nos tiene pensativos, pero; entre más nos presionemos a tener rápido la respuesta, más difícil se hace.
Meditar es una manera de permitirle a la mente ordenar los conocimientos antes de almacenarlos (aprendizaje) en un lugar del cerebro como si fuera un "hipertexto" (prestando de la ciencia de la computación, el hipertexto es una palabra enriquecida ideas asociadas que generan un contexto más amplio que la palabra misma), también se consigue con el sueño, descanso o recreación. En mi caso consigo un aprendizaje significativo si logro plasmarlo en algo que pueda narrar o crear lo cual me genera una gran felicidad.
Este proceso que me sucede lo quise estudiar más a fondo y encuentro que en las manualidades (bricolaje) son la manera de permitir estar concentrado y generar serotoninas; lo cuál es más productivo que solo hacer deporte, pasear, etc. Como lo dije, cada quien tiene su definición de felicidad.
Ahora en las redes sociales vemos muchas maneras de ser creativo, algunos haciendo bromas hasta gente que transforma un tornillo en escultura. Nos preguntamos ¿si podemos?, pero le invito a que inicie algo, así sea con un palo y un hilo, trate de transformar esas dos cosas en algo; de vez en cuando adquiera alguna herramienta, de a poco se va dotando un pequeño taller. Tener un taller en casa es cuestión de dedicar una mesa y ordenarla bien (cada quien tiene su concepto de estética, basado en el suyo le sugiero que siempre agregue estética a su taller, a la mente le agrada la estética ya que le exige menos consumo de energía al cerebro tratando de adaptarse a algo no tan agradable), decóralo con los mismos materiales, agregue luz suficiente y verá como iniciar es fácil.
|
Tomado de Pinterest. |